Huacho, 31 de julio de 2000

Estimados y queridos amigos de Mairena:

A través de Figueroa envío un cariñosos saludo a todos los integrantes de esa gran familia cristiana que forman el grupo de Llamarada de Fuego.

Con seguridad pensarán que somos unos ingratos y que sólo escribe el Padre Pepe; pero sepan que en sus cartas va nuestro reconocimiento y cariño de todos nosotros, especialmente de los tres que tuvimos la suerte de estar en Mairena y conocer a tantos hermanos nuestros tan cariñosos y generosos. Raro es el día en que no sale a la luz el nombre de Llamarada de Fuego, bien cuando se entregan los alimentos al Comedor Infantil o bien cuando se entra en la Farmacia y vemos los medicamentos que nos envían y el servicio que se presta a las familias más humildes de nuestros barrios. Para mí es más notable la presencia de ustedes cuando contabilizo las cajas, cuando distribuyo las cosas de acuerdo a las necesidades de las demás áreas del Centro, o sea, el cuidado de las cajas recae en mi persona, y cuando abrimos una de ellas se me viene a la memoria el pequeño ambiente donde preparan los medicamentos en cajas y nos las envían y el grupo de personas que con tanto cuidado y amor las embalan.

Sepan que ustedes son uno de los pilares que sostienen nuestro Centro. Cuánto nos gustaría que viniesen a Huacho y estén un tiempo con nosotros, que vieran de cerca el trabajo que se realiza y la importancia de su ayuda. Esperamos que un día no muy lejano veamos aparecer por aquí a Figueroa y su familia o a cualquier familia de Mairena para que vean la presencia de la ayuda de Llamarada de Fuego.

Un afectuoso saludo para todos los amigos. Recibid un abrazo de vuestra hermana peruana a quien bautizásteis con el nombre de "Matilde".

Lucha.