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ORBITAL dona a Llamarada de Fuego un cartel gigante del Stmo. Cristo de la Cárcel.

 Allá por el año 1977 un grupo de jóvenes, con mucha fe e ilusión por llevar a cabo una labor misionera, pero aún sin las ideas demasiado claras sobre cómo hacerlo, se reúne en una sala de la casa parroquial anexa al Centro Juvenil (la que luego fue residencia de nuestro querido D. Luís), pared con pared con la ermita del Cristo de la Cárcel. Bajo su influencia sacan de las bolsas el preciado botín que han conseguido esa tarde: un montón de medicinas recogidas casa por casa entre los estupefactos vecinos de varias calles de Mairena, y que ponen encima de una mesa. El objetivo, enviarlas a Malawi, un al parecer país de África. "¿Y ahora que hacemos?". "Yo qué sé. Vamos a empezar a tirar las que estén caducadas, digo yo..." (1)

Así comienza la historia. Desde el principio, el Stmo. Cristo de la Cárcel ha estado muy presente en toda la actividad de Llamarada. Era
justo que ocupara un lugar principal y visible en nuestra nave. Y hemos de agradecer al amigo Alcaide y a Orbital ( www.orbitalsca.com ) la donación del cartel (magníficamente impreso y de gran resolución, como es habitual en su trabajo) que puedes ver en las fotos. José Maria se encargó de colgarlo... Y ahí lo tenemos, siempre velando  por la actividad de Llamarada... como siempre.

(1) Debo dar las gracias a Figueroa y a Agustín Marín por la información para escribir esto, ya que en aquellos momentos un servidor aún no iba ni al "cate". Si quieren saber algo más sobre esta historia, lean el artículo "El año que vivimos peligrosamente", de Agustín Marín, publicado en el boletín 14 de Llamarada de Fuego.